
Borja Gómez se va a encontrar con deberes nada más llegar. La flamante incorporación invernal del Granada, cedido por el Karpaty ucranio hasta el final de la temporada con opción de compra, habrá de ponerse en forma a toda velocidad porque el sábado le espera faena en el campo del Espanyol.
La inesperada expulsión de Íñigo López ante el Rayo Vallecano lo anula, como mínimo, para la próxima jornada y no sería de extrañar que Fabri le dé la alternativa a la primera de cambio pese a contar con otros dos centrales en la plantilla. Noe Pamarot y Manolo Lucena han sido utilizados como recursos de urgencia y la llegada de Borja los relega todavía más al fondo del banquillo o de la grada.
Todo dependerá del estado físico del madrileño, que jugó su último encuentro el 12 de diciembre, ante el Dinamo de Kiev. Desde entonces, Borja no ha dejado de entrenarse y los rumores sobre su posible salida del equipo ucranio le empujaron a mantenerse en forma por si, como finalmente ha ocurrido, regresaba a España en el mercado de invierno. Con Pape Diakhaté disputando la Copa de África con la selección de Senegal, el único central 'fetén' que le queda a Fabri es Diego Mainz, titular frente al Rayo tras dos meses sin jugar y aún falto de ritmo.
El colegiado Ayza Gámez indicó en el acta que expulsó a Íñigo López «por dar un codazo a un contrario estando el juego detenido, sin causar lesión aparente». La sanción prevista en el Código Disciplinario para casos de este tipo oscila entre uno y tres partidos. Borja Gómez puede gozar, por tanto de varias oportunidades para hacerse con un sitio en el once inicial si el Comité se muestra especialmente severo con Íñigo López.
La del sábado fue la primera expulsión del riojano como jugador del Granada, que no había visto ni siquiera una amarilla en lo que va de Liga pese a su condición de defensa. El año pasado fue amonestado en siete ocasiones a lo largo de 40 partidos pero no vio ninguna tarjeta roja.
By W. (fuente ideal.es)
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